Si The Bellrays hacen, según la crítica, soul-punk no hay duda de que The Dirtbombs han patentado el soul-garage. Surgidos en Detroit, ciudad famosa por ser la cuna de la industria automovilística americana y del rock garagero más guarreras (también americano), a finales de los 80, será tras la disolución de The Gories cuando se conviertan en el proyecto más importante de Mick Collins (fundador de estos últimos y productor conocido en la escena del New Detroit Garage).
A la cabeza de los Dirtbombs están el citado Collins y Jim Diamond, el capitoste de Ghetto Recorders, el sello donde graban la mayoría de las bandas de garage de la ciudad. Con estos antecedentes, la fusión de estilos que utilizan para manufacturar sus temas (soul, garage, punk, sonido Motown, blues arrastrado o glam) y lo atípico de su formación (dos bajistas y dos baterías), The Dirtbombs han encontrado un sonido muy singular y característico donde "el oyente escucha a Stevie Wonder durante un segundo y en el siguiente se enfrenta a MC5".
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