lunes, mayo 07, 2007

Body Count



















Para dejar bien claro como de duro se rockerrapea en los Ángeles tuvo que hacerlo Ice-T, junto a Ernie-C y otros gansters por el estilo con el ábum Body Count, que debió ser uno de los primeros CD que yo compré allá por el 1992. Es cierto que venía sin un tema "Cop killer" que fue censurado por unas letras apologetas de los "body counts"(así llaman a los asesinos seriales como al de "Viernes 13" en USA) en especial en los que acaban con la pasma. Las letras son escalofriantes, desde luego, letras

cop killer youtube

Otro temazo del mismo álbum "There goes the neighborhood" youtube

Y bueno, aunque no viniera ese tema en concreto, el resto es pura dinamita. Gozemos del rap-hardrock real.
P.D.Acabo de recordar que llegué a verlos en Festimad y mantenían el tipo aunque ya no eran tan cañeros

Body Count "Body count"

domingo, mayo 06, 2007

Idolos de los jóvenes: Sarah Young

A muchos de ustedes, jóvenes castores, no les sonará de nada el nombre de ésta gran mujer propietaria de dos (aunque abultan como tres) de las tetas más rotundas del cine X y, como dicen en su web, la Rosa inglesa del porno.
Nuestro icono viene al mundo como Sarah Louise Young en Sidcup, condado de Kent (¿se puede ser más inglés?), en el año 1971, fecha que no me cuadra porque cuando yo estaba en el instituto Sarah ya había visto más pollas que un urólogo, claro que también pudiera ser que, a la manera de Traci Lords, Sarah hubiese empezado a rodar porno cuando aún era menor. Si consultan el IMDB, comprobarán como si bien su primera película con fecha conocida es de 1989, antes de ésta ya había aparecido en, casi, una cuarentena de films cuya fecha es un misterio. ¿Es una casualidad que la primera de sus películas con fecha conocida sea la número treinta y pico y se rodara justo en el año en que cumple las 18 primaveras?

Sarah es descubierta, como tantas y tantas jóvenes promesas (del porno y del cine convencional)en la calle, camino del colegio, por una avispado fotógrafo al que no le parece nada corriente que una jovencita con 15 años lleve pegadas al pecho dos tetazas como dos soles de mayo, de tal volumen y masa que generaban su propio campo gravitatorio y todo. Su descubridor trabajaba para el amarillo The Sun y le propuso, con permiso paterno por anticipado, aparecer en sus páginas para deleite de pajilleros working-class. Es el principio de una fructífera carrera salpicada de éxitos (y lefa...mucha lefa).
Pronto la joven Sarah (chiste para estudiantes de inglés) aparece en Private y es aquí donde Hans Moser, un trasunto alemán de Larry Flint, se fija en las grandes posibilidades de la Young. En el año 91 se casan en Las Vegas como un Elvis teutón y otoñal y una jovencísima y (más) ultratetuda Dolly Parton.

La parejita se establece en Mallorca e Ibiza y montan un emporio,la Sarah Young Communications, que controla todas las fases por las que pasa una producción porno: dirige él, protagoniza ella, y montan, editan y distribuyen al alimón...un poco en plan ellos se lo guisan y ella se lo come. Lo cierto es que el tándem factura algo más de 40 películas hasta el 96, fatídico año en que se les rompe el amor de tanto usarlo (con otros, imagino).

Lo que hace a Sarah Young candidata a Icono Pegamín no es solamente ser la propietaria de unas tetas de varios megatones (tetas que se vieron fortalecidas en el año 92 tras pasar por quirófano) sino su total entrega en su trabajo. Me explico. Uno ya, a estas alturas, no se cree las frases de promoción de las productoras de porno, ni las entrevistas en las que las actrices declaran ser unas perras que están en el porno para sacar unas pelillas de su minusvalía ninfomaníaca. No hay más que visionar alguna producción al azar para detectar ya no mohínes de disgusto sino auténticas expresiones de hastío y/o puro asco en ocasiones (y les hablo del porno mainstream no de las catacumbas de lo enfermizo que no visito porque, lo confieso, tengo poco estómago). Lo que me cautiva de Sarah es su total entrega en sus "interpretaciones". No soy un especialista en su filmografía, habré visto 5 ó 6 títulos, pero he apreciado que la criatura tiene un entusiasmo casi infantil y una curiosidad sin límite. El tal Moser debe ser un guarruzio auténtico porque, si bien, como les decía, las producciones de ambos, se encuadran dentro del porno convencional, siempre iban un poco más allá que sus contemporáneos. Hoy en día, cualquier actriz normalita hace anal, tríos, corridas faciales, arcadas felatorias, y hasta guantazos si se tercia pero en los 90 era como la guinda de la película. Pues rara era la escena donde la Young estuviera con menos de dos tíos y no le petaran el culo (en ocasiones hasta dos mendas a la vez), mientras conseguía hacérselo con otros 4 a la vez (como en una partida de Twister donde "se vale meterla").

Otro punto a su favor era su pelo frito: un peinado de panterita jebi, que no consintió, prácticamente nunca, en modificar a lo largo de su carrera y que le hacía candidata al galardón "Groupie Jebilona de la Sala Canciller" un año tras otro. Eso sin citar su mirada ligeramente estrábica lo que le daba un aire de toli-me-dejo-hacer-de-todo que el pajillero de pro tanto aprecia o su querencia (tan british) por los ligueros, las sandalias de tacón y los corsés de colores manieristas: verde pistacho, rosa chicle o rojo "puta-porquemicoño-lodisfruta".
Fue hace unos meses, visionando uno de sus títulos (y con las dos manos encima de la mesa, no se vayan a creer) cuando me dí cuenta del potencial de Sarah cuando, en pleno gangbang con 7 mimbres, éstos van eyaculando uno por uno en una copa de cristal de Bohemia y cuando el último ha culminado, nuestra Sarah se echa al coleto un buchi que engulle sin hacer un mohín ni ahogar una arcada ni nada. De manera totalmente disciplinada y rutinaria. Ahí dí en pensar que me encontraba ante una total funcionaria del cine para adultos, una currante del medio, una superprofesional del tema.

Para despedirme solo hacerles notar que la inmensa mayoría de las producciones de la etapa Moser están rodadas en la casa de Mallorca, casi siempre en el sofá del salón y hay que ver que gusto se gastan la parejita en la decoración de su hogar: una pesadilla ochentera, con boisserie suntuosa, cortinas con floripondios y visillo, sillas con cojín a juego con las cortinas y el juego de café de alpaca siendo testigo de como a su amita se la calzan dos negros tísicos mientras un pajarraco con pinta de Charlie Starkweather, con tupé y pendientito se pajea. Un delirio de buen gusto en definitiva.